Fobias de escritores
Quise
empezar esta entrada con una reflexión que me viene rondando hace una semana,
pero el ambiente en mi vecindario no me dejaba concentrarme.
Hace dos semanas yo fui víctima de un intento de robo en mi ciudad, lo cual, durante el forcejeo me produjo un esguince en mi mano izquierda, el cual hasta hace poco me impedía escribir con normalidad. Y mi fobia o temor producto de ello aún no me deja tranquila, a tal punto que creo que sufro de cierta desconfianza paranoica si veo a algún tipo con pinta rara deambulando cerca de mí, como es mi caso hoy, al ver a unos técnicos de una compañía telefónica en mi barrio, ya que los veo andar por las calles, observando sigilosamente cada casa sin hacer un trabajo específico con la labor que supuestamente los caracterizaría.
Hace dos semanas yo fui víctima de un intento de robo en mi ciudad, lo cual, durante el forcejeo me produjo un esguince en mi mano izquierda, el cual hasta hace poco me impedía escribir con normalidad. Y mi fobia o temor producto de ello aún no me deja tranquila, a tal punto que creo que sufro de cierta desconfianza paranoica si veo a algún tipo con pinta rara deambulando cerca de mí, como es mi caso hoy, al ver a unos técnicos de una compañía telefónica en mi barrio, ya que los veo andar por las calles, observando sigilosamente cada casa sin hacer un trabajo específico con la labor que supuestamente los caracterizaría.
Yo vivo
en Lima, la capital del Perú, y la inseguridad que en los últimos años ha
campeado ha ascendido a cifras alarmantes. Si a eso le sumamos que los que
vivimos aquí no sólo debemos padecer de la delincuencia local, sino también
la importamos de otros países (no diré las nacionalidades para no
herir susceptibilidades, pero si alguien es curioso, puede buscar más
información en Google), la cosa es preocupante. El asunto es que vivir aquí
sin conocer cada tanto que algún conocido tuyo ha sido víctima de este flagelo
llamado delincuencia, se ha convertido en el pan de cada día.
Entonces,
llegados a este punto, se puede decir que, entre tantas fobias que me
acompañan, el día de hoy he concluido en que tengo cierta fobia a la inseguridad ciudadana. Algo muy parecido
a una de las protagonistas de mi historia romántica de humor negro, Ring, la
cual tiene fobia, entre otras cosas, a las llamadas telefónicas, a los ladridos
de los perros, a los gritos de los niños, etc.
Por
todo lo mencionado, mi reflexión de media semana en este blog la he dedicado a
las fobias de algunos conocidos escritores. Quizá así no me sienta
tan sola y atemorizada mientras escribo estas líneas que usted tan
tranquilamente lee.
-
Virginia Woolf
Esta famosa escritora del S. XIX tenía miedo al cantar de los pájaros, el cual los interpretaba “cantar” en griego.
—Fedor
Dovtoieski
El autor de “Crimen y Castigo” y “Los hermanos Karamasov” era conocido por
su horror a la oscuridad.
—Juan
Rulfo
El
escritor mexicano de “Pedro Páramo” sufría algo del cual yo también padezco,
miedo escénico. Detestaba hablar en público.
—Vicente
Aleixandre
El
poeta español de la Generación del 37 tenía agorafobia (terror a los espacios abiertos).
—Honore
de Balzac
El
escritor francés, autor de la “Comedia humana”, padecía de delirio de
persecución.
Buceando
en la red he encontrado más fobias y manías de otros escritores famosos como Thomas Mann, Jorge Luis
Borges, el Gran Gabo y muchos otros más. Pero sólo he querido dejar esta
simple muestra para la entrada de hoy.
Si
alguien desea ahondar más en este tema, puede hacerle click a los dos enlaces de
abajo y se asombrará con las curiosidades de más de un conocido escritor.
Y aunque el día ya acaba para mí, ya que escribí esta entrada
entre la tarde y noche de hoy, no quiero despedirme sin cumplir con mi primera
entrega semanal de mi blog.
¡Nos leemos hasta otra ocasión!
Yo tengo muchísimo miedo escénico, me sudan las manos, me duele la barriga... horrible. También tengo algo de miedo a los espacios cerrados (ascensores y demás) y un poco a la oscuridad total.
ResponderEliminarSaludetes.