Disyuntiva literaria, ¿leo o no leo este libro?
Por
andar metida desde hace años en diversos recovecos internáuticos, pues sé más
de una anécdota de algún conocido escritor. En este caso, me es sabido que la
autora de este libro en su personalidad deja mucho que desear. La arrogancia que la caracteriza, la cuale he leído en algunas entrevistas y
otras cosillas que sé de primera mano, hacen que me dé vergüenza ajena, ya que
yo, más que bien, intento abrirme paso en este mundo de escritores haciéndome
camino al andar, parafraseando a José Luis Perales. El asunto es que, por muy
buenas recomendaciones y la laureada trayectoria de esta escritora, yo
reflexiono y me lo pienso dos veces si me animo a leer algo suyo. Y aquí me
acordé que lo mismo me pasó con dos Premio Nobel hace tiempo atrás.
Cuando
escuché hablar de Camilo José de Cela por primera vez, me encontraba yo en la
escuela. En aquella ocasión el profesor de literatura no nos mandó a leer nada
suyo. De este modo, él quedó en mi agenda mental imaginaria de “Pendientes”.
Años después, me enteré de él algo que no me gustó para nada. Y es que, por
conocidas investigaciones, se descubrió que este escritor había fungido de
espía en la Dictadura de Franco en España, delatando la ubicación de sus
compañeros escritores que se oponían al régimen militar. Algo nada loable, por
cierto y que destiñe la buena opinión que yo tenía de este famoso Premio Nobel
hasta ese momento.
Hace
meses atrás, cuando fui a una Feria del Libro en mi ciudad, me encontré con uno
de los libros más famosos de Cela, “La colmena”. Como mi presupuesto para ese
instante ya estaba disminuido, ya que ya había gastado todo lo que había
llevado en otros libros de mi colección, pues no me hallé en la disyuntiva de
si comprarlo o no. Pero, mi pregunta de si leerlo o no salió a la luz por pocos
segundos, a pesar de que no me encontrase en posición de poder adquirirlo.
Años
atrás, en la campaña presidencial de mi país en el 2011, aún a pesar de que no
creo mucho en política, como toda ciudadana yo tomé posición por uno de los partidos
que se presentaban. El grupo por el que
opté se caracterizó por usar las redes sociales más que cualquier y hacer
llegar sus propuestas. Y la prensa
resaltó la estrategia publicitaria de aquél partido político, ya que, decía que
estaba revolucionando las campañas políticas hasta entonces vistas, buscando un
acercamiento con la juventud gracias al internet.
Todo
hubiera sido normal, si es que no fuera por algo que hizo que me decepcionara
de uno de mis Premio Nobel favoritos. Mario Vargas Llosa, quien apoyaba a otro
partido político, señaló que los jóvenes que seguíamos al grupo político de mi preferencia y que nos caracterizábamos por chatear “pensábamos como monos”.
Ya
hasta entonces sabía que Vargas Llosa era bastante tradicional. Sus ideas de
derecha, como el liberalismo económico, su apoyo a las corridas de toros, entre
otras cosas, hacen que discrepe con él en muchísimas de sus ideas. Pero no por
esto dejo de admirar su obra literaria, a tal punto que mi biblioteca personal
lo tiene entre sus favoritos. Sin embargo, esta era la primera vez que me sentí afectada por alguna de sus polémicas declaraciones, ya que yo, al hacer uso
regular del chat, me encontraría dentro del supuesto grupo que según este
escritor “pensamos como monos”. Y aquí, a modo de ironía, debería escribir el
sonido onomatopéyico que refleja el lenguaje de comunicación de estos primates.
Debido
a esto, por meses me mantuve renuente a querer leer algo escrito por mi
compatriota. Sin embargo, la molestia me duró poco. Si bien sus diversos actos
polémicos no llegan a la altura de la decepción que me produjo Camilo José de
Cela, pues mi fascinación por su pluma pudo más que mi malestar. Y aquí llego a
mi conclusión final de este post.
Tengo
que aprender a separar la calidad de persona de la del escritor. Aunque muchas
veces esto sea bastante difícil de llevar, ya que, al ser yo un intento de
escritora este último año, sé que al escribir dejamos nuestra alma y persona en nuestras
creaciones literarias. Sin embargo, debo hacerlo. Porque por este
tema me estaría perdiendo de leer una joya literaria.
Y
diciendo esto, me voy a leer la primera página del libro de esta best seller
que tengo en mi mesa.
PD. Por
si mis compañeras forofas del foro de literatura que me la recomendaron, me
preguntan para confirmarles a qué escritora me refiero, sepan que no les
contestaré. Aunque, por mis opiniones dejadas el día de ayer viernes en el tema
de discusión, creo que no es necesario decir algo más.
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