Literatura y escritura clandestina, ¡feliz día del libro!
Soy una maniática compulsiva. Lo admito.
Detesto que alguien me "espíe" cuando leo. Y lo propio cuando escribo. Más cuando escribo diría yo. Porque mi actitividad de escritura la he bautizado como un mundo: "Mundo azul". Ahí, donde me sumerjo en mundos ficticios, donde soy la tiritera siniestra que mueve los hilos de mis personajes, sus acciones, coacciones, alegrías, tristezas, amores y sinamores... Soy la Diosa y hacedora en este mundo azul y nadie más, sólo yo, mando en aquél. Y esto es lo que adoro al escribir.
Esta actividad mía yo la calificaría como "clandestina". Porque lo hago a escondidas de la gente que me rodea y nadie puede osar entrar en ella. Lo hago cuando estoy tranquila y libre de mis labores cotidianas. Tan relajada y ensimismada en mi imaginación, la cual vuela sin parar y se transmite a través de mi digitar en mi computador.
Y si alguien me interrumpe cuando estoy tan abstraída en este mundo, puedo decir que es uno de los momentos más aciagos para mí. Sin olvidar mencionar que, si alguien osa entrar en mi mundo, muestro mis mejores armas para ahuyentar a todo aquel extraño que me ha ofendido con su afrenta.
En fin... Luego de toda la parafernalia surrealista, hoy quiero celebrar el día del libro con una reflexión.
En la mañana estaba escuchando en la radio una canción de Maná, "Amor clandestino". Una hermosa balada que nos cuenta tres historias de amor prohibido: el de una psicóloga con su paciente adolescente, el de una chica que tiene un novio y se enamora de otro, y el de un señor mayor que se siente atraído por una stripper. Tres historias clandestinas que tienen diferentes enlaces en dicho video. Y al visualizar dichas historias tuve una reflexión.
Dos de las tres historias que se relatan en aquella canción son muy parecidas a dos historias que he publicado. Así, sin coincidencia alguna, sólo inspiradas en casos que he conocido muy de cerca y que me sirvieron como combustible para dejar llevar a mi imaginación a volar. Actualmente sólo me centro en una que es "Decídete, Margarita", pero la otra, "Yo soy una fan", siempre me coquetea para la retome. Lo haré en su momento oportuno.
Siempre he escuchado que aquello que es prohibido te seduce. Y en mis historias así lo he querido plasmar. No me he encontrado en una situación parecida a la de mis protagonistas, no. Pero el sólo hecho de ponerme en los zapatos de ellos, para hacer que mis/sus historias sean lo más realistas posibles, hace que la vena de lo clandestino me llame y me motive a seguir digitando sin parar, como cuando quiero escribir a escondidas, en mi mundo, sin nadie más que sea testigo de ello, sólo mi ordenador y yo.
Por las historias clandestinas que alguna vez has llegado a conocer, por las que yo me animo a contar y por mi actividad de escribir, tan seductoramente clandestina para mí, ¡feliz día internacional del libro!
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