Día de la Literatura Infantil y Juvenil
Hoy es el Día de la Literatura Infantil y Juvenil. Y al respecto quiero hacer una reflexión.
Yo suelo ser bastante participativa en los foros de literatura y escritura que hay en internet, ya sean foros clásicos y/o grupos de facebook. Creo que me caracterizo por ser educada, sin embargo, no por ello, dejo de escribir y expresar lo que pienso. Empero, a veces en algunos temas de discusiones suelen haber intercambios de opiniones diversas de nuestras experiencias en la escritura. Y como me caracterizo por siempre decir lo que pienso, y esto no necesariamente tiene que ser con llevar el amén a quien quiere que se la dé -o está muy mal acostumbrado siempre a recibirlo-, pues suelen haber ciertos roces. En estos casos lo ideal sería que la argumentación se quedara ahí, al fin y al cabo es una mera discusión de opiniones , pero muchas veces lo llevan al plano personal, demostrando una total inmadurez al respecto. Bueno...
Recuerdo que en algunos de estos foros cuando preguntaron a qué me dedicaba yo a escribir, respondí que lo hago sobre varios géneros, entre ellos, la literatura juvenil y los cuentos infantiles, y recibí más de un comentario negativo por ello. Sobre esta reacción mi sorpresa fue ingrata, dejándome con un mal sabor de boca y dejando de participar en ese foro por no sentirme cómoda ahí.
En otro foro virtual donde participo, una escritora señalaba que sentía que no había logrado su objetivo con sus libros publicados en una página web. ¿Por qué? Pues la mayoría de sus lectores eran adolescentes y ella veía que sus historias no eran tomadas "en serio", sintiéndose "terriblemente decepcionada". Yo me quedé con una cara de WTF, porque, más que bien, discrepaba totalmente con lo señalada por ella. Creo que esa escritora debe sentirse gratamente agradecida porque la gente la lee y gusta de lo que escribe, muy independiente de la edad de esas personas.
No es noticia nueva que la literatura juvenil está viviendo un boom en la actualidad. Basta ver que hay bestsellers como la saga de Harry Potter, diciéndose que por su autora, J. K. Rowling, ha renacido el interés de los jóvenes por la lectura, como escritores como Federico Moccia y Blue Jeans, quienes son auténticos best sellers respecto al género romántico juvenil en habla hispana. Y aquí no me olvido del boom del Crepúsculo y Juegos del Hambre, quienes mueven auténticas masas de fans en todo el planeta.
Con todo lo señalado, yo me pregunto ¿por qué muchas veces un grupo se cree con derecho para mirar mal a los que son distintos de lo que ellos consideran "correcto"?
¿Quién tiene la potestad para decir que un cuento que hace viajar a un niño de un modo soñado a mundos fantasiosos tiene menor calidad que una novela policíaca? ¿O aquél escritor que quiso transmitir de una forma divertida las experiencias de un grupo de adolescentes, con sus temores, angustias y desamores, vale menos que aquél escritor que decidió escribir una trama ambientada en la época victorina cuyos protagonistas rondan la treintena?
¿Quién tiene la potestad para decir que un cuento que hace viajar a un niño de un modo soñado a mundos fantasiosos tiene menor calidad que una novela policíaca? ¿O aquél escritor que quiso transmitir de una forma divertida las experiencias de un grupo de adolescentes, con sus temores, angustias y desamores, vale menos que aquél escritor que decidió escribir una trama ambientada en la época victorina cuyos protagonistas rondan la treintena?
Cada historia que uno escribe tiene su público y no por ello debe ser desmerecida. Si escribes cuentos infantiles, tienes tu público. Si quieres escribes historias de adolescentes, tienes tu público. Si quieres escribir chick lit, tienes tu público. Si quieres escribir erotismo, tienes tu público (otra cosa que muchos se quieran arrimar a la moda cincuentasombriana, pero eso es otro tema). Si quieres escribir novelas policíacas, de ciencia ficción, históricas, etc... tienes tu público, etc. etc. y etc. El tema es que ningún público debe ser ninguneado, menos un escritor considerado de "menor valor" porque no escribe el género o no se dirige al público que otro cree que es el "correcto".
A mí me encanta escribir historias de adolescentes porque me gusta retroceder años atrás a una época muy entrañable para mí en la escuela, ponerme en los zapatos de mis protagonistas, narrando sus temores, angustias y demás cosas de esta etapa. Asimismo, estoy comenzando mis pininos en los cuentos infantiles porque me gustaría que, en un futuro, cuando tenga un hijo, relatarle del mismo modo en que mi padre me contó a mí "La Bella Durmiente", pero no sólo esta historia, sino algo escrito por mí misma. Y sueño con que mi futuro hijo o hija ponga la misma carita de fascinación que yo hacía, por algo que yo escribí. Y no saben lo bien que me sentiré cuando llegue ese momento.
En fin, para todos los que escribimos historias de niños y de adolescentes, aunque ya no los seamos, pero revivimos al niño y adolescente que aún llevamos dentro, ¡feliz día!
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